El fin de semana pasado, comentando con un cliente que seguíamos aguantando todo lo posible para no hacer lo que (casi) todo el mundo ya ha hecho es decir subir precios casi cada día, su comentario fue: será que tienes margen para hacerlo.
Me quedó en la cara una horrible expresión de tonto. Por el estupor, por el cabreo, por el esfuerzo de retenerme frente a lo que acababa de escuchar, mientras se me helaba la sonrisas con la que siempre atiendo a los clientes.
Así va el mundo. En el fondo es comprensible que surjan esos pensamientos y comentarios: en este planeta plagado de piratas, especuladores y gente que a la primera se aprovecha de su vecino, compañero… ¿qué se podría esperar del trato reservado a los demás? Por ejemplo a los clientes…
Los que preferimos perder algo de ingresos para dar un ejemplo de resistencia y no colgarnos del carro y de la espiral de subida de precios, a cuesta, insisto, de ganar algo menos, porqué a nosotros sí que nos ha subido todo… recibimos comentarios hirientes como los del citado cliente.
Tenía la carta de primavera/verano manteniendo precios.
He parado todo, de momento dejamos en la web y en la cocina la carta publicada hace ya muchos meses y los precios invariados.
Espero no recibir más comentarios de ese tipo. Ya que será imposible entonces no atender a esa nueva demanda: ¿de realismo?
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